Ritieros Los conferenciantes

Sacerdote responsable de la Comunidad desde junio de 2018, el padre Olivier Sournia, originario de Béziers, fue ordenado sacerdote en el 2000, después fue nombrado consiliario de los estudiantes y sacerdote en Montpellier, formado a su vez en la Pastoral litúrgica y sacramental. En primavera de 2010 entró en la Comunidad atraído por la coherencia entre la teología impartida y la práctica en la vida comunitaria. Rápidamente asume plenamente su papel en la predicación y prosigue los retiros itinerantes. Su testimonio, muy comunitario, se despliega en la línea joánica y mariana del carisma de los orígenes: una palabra sencilla y cercana ofrecida con autoridad y nitidez.

Natural de las Landes, trabajó en el sector agroalimentario, y fue en 1989 cuando descubrió la Roche d’Or y participó en numerosos retiros. Es ahí donde encuentra su vocación. Fue ordenado sacerdote en 1989 en la diócesis de Besançon, y fue nombrado en una parroquia, luego trabajó en la pastoral de jóvenes y en la enseñanza católica… Cercano a la comunidad, asume desde el 2001 la predicación de los fines de semana y en septiembre de 2010 pasa a ser miembro de la Comunidad. Su predicación da testimonio de un Dios vulnerable y cercano que busca encontrarse con cada persona, sean cuales fueren sus fragilidades, para revelarle su verdadero rostro.

Originario de la región de Belfort, Hubert Allemand realiza sus estudios de medicina en Nancy. Médico desde 1976, profesor de salud pública y hepato-gastroenterólogo. Director adjunto de la CNAM y médico en el consejo nacional durante veintidós años. Participa en numerosos retiros, tejiendo vínculos profundos con la Roche d’Or. Casado, padre de familia, anima fines de semana y retiros en la Roche d’Or y en Fontanilles desde 2004. Marcado por su experiencia como médico, en su testimonio se vislumbra toda su sensibilidad frente a los desafíos del mundo y la manera de vivir los cuidados y la enfermedad a la luz de la herencia evangélica.

Jacky Parmentier conoce la Roche d’Or desde hace muchos años. Después de diez años de compromiso con las comunidades cristianas, este ingeniero de formación se apasiona por el trabajo del hombre, desde la fabricación del fuego hasta las tecnologías informáticas y las neurociencias y se especializa en la vida de las empresas. Apasionado por el Evangelio, testigo de su experiencia personal como creyente y pastor, se acerca a la Roche d’Or. En 2012, el padre Roger Robert le sugiere que anime los fines de semana. Desde entonces, se compromete a fondo, con su esposa, junto con la Comunidad y se entrega totalmente a la predicación dichoso de transmitir su viva percepción del misterio creador.

Originario de la región Parisina, Bruno Barral ha ejercido la profesión de jurista en París. Lector atento de los textos bíblicos, obtiene una licencia en teología, en filología y en historia del Oriente Antiguo. Es animador voluntario en los centros religiosos de algunos grandes Institutos de París. Desde 1990 se tejieron unos lazos de amistad con la Comunidad. En 2002 el padre Roger Robert le pide que anime los grupos de iniciación bíblica, luego la predicación de retiros. Ofrece formación bíblica, de varios niveles, permitiendo a cada uno acceder a esta magnífica herencia que es la Biblia y descubrir el placer por la lectura cotidiana del evangelio.

Sacerdote de la diócesis de Bâle, el Padre Bernard fue ordenado en 1981. La Roche d’Or que conoció en 1982 participando en los retiros del Padre Florin CALLERAND, fue para él un lugar originario que lo estimuló en la sed de la Palabra. Predicador, conferenciante, director espiritual, fue director del Instituto Roman de Formación en los Ministerios de Friburgo durante siete años y sacerdote en varias parroquias suizas, así como en Belfort. Para él la Palabra se encarna en la vida cotidiana abriendo caminos hacia el corazón de cada uno y se dirige a todos los hombres que buscan un camino de libertad.

Desde hace más de 60 años en Argelia, jesuita, obispo de Constantine y luego arzobispo de Argel, donde acompañó y presidió la beatificación de los mártires de Argelia, actualmente vive en Hipona, continuando su ministerio junto al pueblo cuya nacionalidad ha adoptado. Hombre de gran sencillez, profundamente comprometido en el diálogo con el mundo del Islam, es autor del admirable librito: «Una Iglesia en el pesebre». Este amigo de la comunidad ha vivido, desde hace unos 35 años, numerosos retiros en La Roche d'Or y lleva consigo la preocupación por transmitir su gracia particular.

Originario de la diócesis de Besançon, el padre Sébastien Moine es amigo de la comunidad desde hace muchos años. Tras haber sido estudiante en el Seminario Francés de Roma, fue ordenado sacerdote en 2019. Hoy, siendo párroco de la parroquia de las mesetas de Valdahon, en el departamento de Doubs, acompaña también a la Enseñanza Católica de Franco Condado. Dinámico y cercano a las personas, su predicación está enraizada en un ministerio donde su experiencia parroquial se combina con su profesión de profesor de historia y geografía, que continúa ejerciendo a tiempo parcial.

Dominico, antiguo prior de la provincia de Toulouse y profesor de teología moral, fue miembro de la Comisión Teológica Internacional en Roma. Nombrado obispo de Angers en el año 2000, fue llamado en 2007 al Vaticano, donde ejerció diversas responsabilidades, contribuyendo a fortalecer los vínculos entre las instituciones católicas de todo el mundo. Retirado en Béziers desde entonces, este apasionado de la historia del arte continúa su reflexión sobre la transmisión del conocimiento, que para él sigue siendo una misión esencial. Enseña historia e imparte cursos sobre la conciencia y la dignidad humana. Este hijo de santo Domingo ejerce su predicación con una palabra cálida, sencilla y profunda.

Monje benedictino de la Abadía de Ligugé y doctor en teología, el hermano François Cassingena-Trévedy ha escrito varias obras donde la espiritualidad cristiana se expresa de una manera única y llena de color. En 2021 decidió dejar Ligugé para retirarse en el Cantal, donde trabaja ahora como agricultor, mientras continúa su ministerio sacerdotal en fidelidad a la comunidad benedictina. En sus retiros transmite su visión ardiente y poética del misterio de Cristo, así como su mirada profundamente discerniente sobre un mundo en plena transformación. Con una sorprendente libertad de tono hace oír el canto de la tierra, enriquecido por su singular experiencia.